Se reúnen en este volumen los escasos fragmentos que han pervivido de los pensadores estoicos de los primeros tiempos: Zenón de Citio (fundador de la escuela) y sus discÃpulos Aristón de QuÃos, Apolófanes, Hérilo de Calcedonia, Dionisio de Heraclea, Perseo de Citio, Cleantes y Esfero. Esta edición aporta unos documentos de gran valor para el estudio de la filosofÃa antigua, pues son escasos los textos que nos quedan del inicio del estoicismo, y el hecho de juntarlos permite obtener una visión panorámica y precisa de esta escuela filosófica, que llegarÃa a ser una de las principales de la Antigüedad. La introducción general y las concretas a cada autor especÃfico subrayan los centros de interés en estos fragmentos: los primeros estoicos vieron en la naturaleza, el universo, un conjunto unitario organizado e interrelacionado; hay una divinidad que rige esta materia de modo inmanente, infundiendo vida a la naturaleza (según una concepción unitaria y panteÃsta que serÃa rechazada de plano por los pensadores cristianos). La materia está animada en su interior por un espÃritu Ãgneo y divino, y por un Logos, la Razón: Dios es el Logos, la inteligencia que rige el universo, y el mundo está estructurado racionalmente. El sabio es quien percibe, acepta y obedece este orden general, quien vive en armonÃa con la naturaleza y de acuerdo con el Logos racional y divino, comprendiendo la constitución y la disposición del orden cósmico. Ello determina la virtud, y sólo será feliz el sabio que aplique los preceptos de la razón universal, al margen de pasiones y vicios; asà logrará la serenidad que ha sido el ideal del estoicismo a lo largo de la historia, y aceptará su propio destino porque se sabe una parte más de la naturaleza, integrada en el conjunto cósmico dirigido por la providencia divina.
Con la presente edición, el lector podrá acceder a todas estas ideas y creencias estoicas no a través de manuales, sino directamente por los textos.