Existen cinco ascensores, viejos y toscos, que bajan a los obreros en grupos de cuarenta cuando en realidad no deberÃan entrar más de veinte. Me llevaron hasta una profundidad que calculo deberÃa ser de unos quinientos metros. Allà no llega la luz del sol y nos entregaron cascos con lámparas y herramientas rudimentarias, asà como muchos cubos enormes que debÃamos llenar con una especie de limo que se extrae desde un nivel todavÃa más hundido en las entrañas de la tierra.