Lo que querÃa el hombre ciego era atrapar a una chica ideal. Buscaba una mujer joven, atractiva, bien hablada y esbelta, que no habÃa visto nunca pero que sabÃa que se habÃa esfumado, y estaba dispuesto a pagar a Bertha Cool lo que fuera con tal de encontrarla.
Todo el asunto parecÃa imposible y sonaba sospechoso, pero el dinero del hombre era bueno, incluso aunque sus motivos no lo fueran, y ante la duda Bertha siempre elegÃa el sÃmbolo del dólar.
Sólo que en esta ocasión, el sÃmbolo del dólar apuntaba a un asesinato y señalaba a Bertha Cool como sospechosa evidente.